Abstracto
El propósito de este artículo es proporcionar un comentario crítico de las herramientas fisiológicas y psicológicas utilizadas en la evaluación de los nadadores. La evaluación de primer nivel debería ser el desempeño competitivo en sí mismo, ya que es en este punto en el que todos los elementos interactúan y brindan la ‘forma más alta’ de evaluación. El análisis de videos de competencia de los principales eventos de natación ha progresado hasta el punto en que se ha convertido en una herramienta indispensable para entrenadores, atletas, científicos del deporte, fabricantes de equipos e incluso los medios de comunicación. El desglose de cada rendimiento de natación a nivel individual en sus partes constituyentes permite la comparación con la ejecución prevista o buscada, así como la comparación con los niveles de competencia mundial identificados. El uso de otros protocolos de seguimiento ‘continuos’ para evaluar la eficacia del entrenamiento generalmente involucra nados de ‘esfuerzo’ de criterio y conjuntos de entrenamiento específicos donde ciertos aspectos se analizan en profundidad. Los parámetros fisiológicos que a menudo se examinan junto con la velocidad de natación y los aspectos técnicos incluyen el consumo de oxígeno, la frecuencia cardíaca, la concentración de lactato en sangre, la acumulación de lactato en sangre y las tasas de eliminación. Hay procedimientos simples y más complejos disponibles para el examen de problemas técnicos durante la capacitación. La fuerza y la potencia se pueden cuantificar a través de varias modalidades, aunque, por lo general, se utilizan dispositivos isocinéticos de natación atada y en tierra firme. La disponibilidad de un ‘canal de natación’ permite a los entrenadores y científicos del deporte un mayor grado de flexibilidad en el tipo de seguimiento y evaluación que se puede realizar. Existe evidencia convincente de que los atletas pueden distinguirse en base a sus habilidades psicológicas y competencias emocionales y que estas diferencias se acentúan aún más a medida que el atleta mejora. Independientemente del formato de prueba que se utilice (fisiológico, biomecánico o psicológico), se deben asegurar criterios de validez similares para que la prueba proporcione información útil y asociativa sobre el desempeño actual o futuro. El valor práctico de cualquier protocolo de prueba o monitoreo propuesto debe evaluarse cuidadosamente. Además, la etapa de desarrollo del atleta en cuestión debe reflejarse en el programa de evaluación/seguimiento. Finalmente, el aumento de las innovaciones tecnológicas traerá a la cubierta de la piscina o al área de entrenamiento en tierra firme herramientas de diagnóstico simples, rápidas y avanzadas, particularmente en las áreas de marcadores sanguíneos de respuesta al entrenamiento y excitabilidad neuromuscular.
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