Abstracto
Fondo:
En 2014, 6 nadadores universitarios fueron hospitalizados por rabdomiolisis sintomática por esfuerzo.
Objetivo:
Monitorear y evaluar en serie las relaciones entre la alteración de la membrana del músculo esquelético, el dolor en la parte superior del cuerpo (UBS) y en la parte inferior del cuerpo (LBS), y el estrés durante las primeras 6 semanas (puntos de tiempo) del entrenamiento de pretemporada en nadadores universitarios masculinos y femeninos.
Diseño:
Estudio observacional prospectivo.
Configuración:
Colegio Universitario.
Participantes:
Cuarenta nadadores.
Variables independientes:
Calificación de dolor en la parte superior e inferior del cuerpo (0-10); testosterona (T), cortisol (C) y relación T/C.
Las principales medidas:
Creatina quinasa (CK) y mioglobina (a lo largo del tiempo) versus variables independientes.
Resultados:
La carga de entrenamiento semanal consistió en aproximadamente 87% de natación, aproximadamente 5% de carrera y aproximadamente 8% de entrenamiento con pesas, que aumentó de 15,8 horas a 20,5 horas totales de entrenamiento por semana durante las primeras 6 semanas de entrenamiento. El daño muscular en nadadores universitarios fue modesto y alcanzó su punto máximo después de la primera semana de entrenamiento (semana 2) para los hombres (CK = 438 ± 259 U/L; P < 0,0001; r2 = 0,28; mioglobina = 47 ± 18 ng/mL; P = 0,001; r2 = 0,22) y mujeres (CK = 446 ± 723 U/L; P < 0,01; r2 = 0,13; mioglobina = 63 ± 140 ng/mL, no significativo) con alta variabilidad. Los datos se presentaron como media máxima ± DE, valor de P significativo y r2 del análisis de varianza de medidas repetidas. Se observó una desconexión temporal entre el daño muscular y el SBU, que alcanzó su punto máximo en la semana 5 tanto en hombres (5 ± 2; P <0,0001; r2 = 0,44) como en mujeres (6 ± 2; P <0,0001; r2 = 0,57). El nivel de cortisol sérico disminuyó con el tiempo, y alcanzó su punto máximo en la semana 1 (valor inicial) en hombres (15 ± 6 μg/dL; P = 0,0004; r2 = 0,38) y mujeres (19 ± 10 μg/dL; P < 0,0001; r2 = 0,49). El nivel de testosterona se mantuvo sin cambios, lo que promovió un ambiente hormonal anabólico que alcanzó su punto máximo en la semana 6 (aumentando la relación T/C) en hombres (58 ± 32; P = 0,0003; r2 = 0,31) y mujeres (4 ± 3; P = 0,04; r2 = 0,18) a pesar de aumentos graduales en el entrenamiento y el dolor.
Conclusiones:
El dolor muscular no es paralelo a la alteración de la membrana muscular. Se requiere un período de «transición» de 1 semana para que los músculos se adapten al entrenamiento intenso/novedoso.
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