Para los nadadores que luchan por dominar la técnica y el rendimiento en el agua, el secreto para desbloquear una natación más rápida comienza con el dominio de pequeños hábitos.
Para los nadadores emprendedores con grandes objetivos, una de las partes más difíciles de lograr la excelencia de alto grado es administrar TODAS las cosas en las que necesitan trabajar.
Al preguntarle a nuestro nadador de alto rendimiento cómo van a ser más rápidos, es probable que vea una lista como esta:
- Comienzo más rápido.
- Mejor técnica.
- Giros más cerrados.
- Brotes más rápidos.
- Más entrenamientos de natación.
- Entrenamientos de natación más largos.
- Comer mejor.
- Bebe más agua.
- Mejora la explosividad.
- Mejor movilidad.
- Aumento de la fuerza del hombro.
- Hidratar antes y después de la práctica.
- Haciendo más y más ejercicios básicos.
- Mentalidad más dura.
- Más entrenamiento a ritmo de carrera.
- Mejor sentir el agua.
- ……
La lista se acumula rápidamente y, en poco tiempo, nos enfrentamos a una lista de tareas pendientes de diez pisos.
Lo cual, para ser franco, no siempre es muy motivador.
Y puede dejarnos con la sensación de que no tenemos por dónde empezar.
Una de las cosas furtivas que puedes hacer para volver a la normalidad y dominar hábitos más duros en el agua es dominar algo pequeño.
Este es el por qué.
Por dónde empezar con grandes hábitos y grandes metas
La investigación de Formación de hábito ha descubierto que cuando mejoramos un hábito, algo simple, que no tiene por qué ser trascendental en su alcance, nuestra capacidad para autorregularnos y dominar otros hábitos mejora.
En otras palabras, por al dominar un pequeño hábito, desarrollas la fuerza y la fuerza de voluntad para asumir hábitos más grandes y desafiantes.
En mi opinión, es incluso más poderoso que esto.
Para demostrarlo, analicemos un ejemplo simple.
Para nuestro hábito de muestra, digamos que vas a simplificar lo más posible cada turno en la práctica.
Un hábito simple y “fácil” que cualquiera puede comenzar.
Dos cosas sucederán cuando domines este simple hábito:
La mejora no planificada
Saltas, brincas y saltas a la piscina, te sumerges en el agua, y para cada pared y cada impulso, aerodinámico lo más apretado posible.
A medida que avanza la práctica, y estás clavando esas líneas aerodinámicas, te das cuenta de que también está sucediendo algo más…
Otras partes de tu natación también se están haciendo de manera más aguda.
Los brotes son un poco más crujientes. Los giros se están haciendo de forma más agresiva. Y los primeros golpes de la ruptura se realizan con un poco más de pop de lo habitual.
Donde comenzó con excelentes líneas de corriente, la excelencia ha comenzado a extenderse.
Esto es porque la excelencia es contagiosa.
Cuando haces una cosa muy, muy bien, naturalmente se transmite a otras partes de tu natación.
Los hábitos no viven aislados unos de otros: hacer una cosa realmente bien, y este enfoque y estándar se expande hacia afuera como las olas al lanzar una bala de cañón al agua.
Pero espera hay mas…
Crecen las reservas de la autodisciplina
Uno de los problemas que tienen los nadadores (y todos los demás) con la formación de hábitos es que primero persiguen los hábitos grandes e imposibles.
Como pasar de nadar 3 veces por semana a 9 veces por semana durante la noche.
Lo entiendo. He sido culpable de hacer esto en más de unas pocas ocasiones. Y ese instinto nunca desaparece del todo. ¡Queremos nuestra excelencia, y la queremos ahora mismo!
Pero si bien hay un puñado de personas que pueden lograr grandes cosas de esta manera, para el resto de nosotros, la disciplina para dominar un hábito desafiante requiere cierta progresión.
Pequeños hábitos—Aerodinámico como un campeónempacando un batido de proteínas y un plátano para cada baño posterior a la merienda, escribir tus prácticas de nataciónapareciendo a la práctica diez minutos antes para estirar, darle la armadura y la fuerza para perseguir hábitos más grandes y exigentes.
Los pequeños hábitos, en definitiva, revelan que tú puede confiar en usted mismo para hacer las cosas de manera consistente.
Construir esta confianza es imperativo para cuando sea el momento de comenzar a perseguir esos hábitos grandes y cargados de cohetes que De Verdad lleva tu natación al siguiente nivel.
La última vuelta
La verdad es que esos pequeños hábitos te cuestan casi nada en términos de energía y concentración.
(Quizás por eso muchas personas los descartan o no los consideran lo suficientemente potentes como para mejorar el rendimiento…)
La mejora que verás a corto plazo (a partir de una mejora no planificada) y la mejora que verás a largo plazo (prepararte para hábitos más grandes) es un doble golpe mortal para tus objetivos de natación.
Hoy en la práctica, si te sientes atascado o no sabes por dónde empezar a mejorar…
Comienza con un pequeño hábito que puedas dominar.
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